Historias que inspiran: cuando sanar se vuelve un nuevo comienzo

Detrás de cada mirada que hoy brilla con confianza, hubo alguna vez una historia de dolor, duda o confusión. Y es precisamente ese trayecto el que vuelve tan poderosas las transformaciones personales.

María, de 42 años, llegó al coaching con Liliana en medio de una crisis personal. Su empleo ya no la satisfacía, su relación de pareja estaba apagada y sentía que había perdido el sentido de todo. Al principio, dudaba de si “esto del coaching” podía ayudarla. Pero se dio una oportunidad.

En las sesiones, María pudo reconectar con una parte suya olvidada: su pasión por crear, por dibujar, por escribir. Poco a poco, con herramientas de introspección, ejercicios de visualización y exploración emocional a través del arte, comenzó a sanar heridas de su infancia que aún le dolían en silencio. Hoy, María cambió de rumbo profesional, emprendió su propio proyecto creativo y vive con más libertad y alegría. “No sabía que podía vivir tan liviana”, dice.

Otro caso es el de Lucas, un joven de 28 años que sufría de ansiedad constante y sentía que nunca era suficiente. En el proceso con Liliana descubrió que parte de esa exigencia venía de patrones heredados y de una mirada crítica hacia sí mismo que lo alejaba del disfrute. Aprendió a observarse, a sentirse, a expresarse desde el arte y a poner palabras donde antes había solo nudos. Hoy, Lucas no solo ha mejorado sus relaciones, sino que se siente confiado, presente y pleno.

Estas historias no son cuentos de hadas. Son ejemplos reales de personas que, como vos, un día decidieron dejar de sobrevivir y empezar a vivir. El coaching transformacional con acompañamiento artístico no es una receta mágica, pero sí es una puerta. Y al cruzarla, puede comenzar una nueva vida.